Los años de función reproductiva de la mujer se caracterizan por cambios rítmicos en las tasas de secreción de las hormonas femeninas y por cambios correspondientes en los órganos sexuales.
Las funciones sexuales y reproductivas en la mujer pueden dividirse en dos fases principales: la primera es la preparación del cuerpo para la concepción, la segunda es el periodo de gestación o embarazo.
Durante el periodo de gestación, se producen en la mujer grandes cantidades entre otras de una hormona llamada gonadotropina coriónica humana ya que sus niveles son esenciales para la supervivencia del embarazo.
Una función principal de la gonadotropina consiste en administrar los factores nutricionales y estimular cantidades necesarias de otras hormonas para mantener en óptimas condiciones el endometrio y la cavidad uterina, que, en caso de no haber concepción o cantidad insuficiente de esta hormona, se perdería en forma de líquido menstrual.
El joven científico Piero Donini, un estudiante de medicina que trabajaba a fines de la década de 1940 para una compañía farmacéutica italiana fue el primero en descubrir la gonadotropina, una hormona que estimula la ovulación.
Después de experimentar con la orina de mujeres embarazadas, Donini descubrió que los niveles más altos de la hormona en realidad estaban en mujeres posmenopáusicas, de 50 años para arriba. Después de la menopausia, cuando los ovarios dejan de producir óvulos, la hormona se dispara cuando el cuerpo trata de estimular su producción.
Donini apodó la versión purificada de la hormona como “Pergonal”, en italiano, “de las gónadas”.
Una década más tarde, el millonario Bruno Lunenfeld se topó con la investigación de Donini cuando buscaba tratamientos para la fertilidad debido al deseo de ayudar a los judíos europeos a aumentar su número después del Holocausto.
Lunenfeld, un verdadero visionario, necesitaba encontrar una fuente regular de orina para poder empezar a hacer tratamientos, y acudió a la empresa farmacéutica Serono. ¿Cómo conseguir galones y galones de orina de mujeres menopáusicas?, se preguntaba.
Casualmente, el sobrino del Papa Pio XII, Giulo Pacelli, era parte del comité directivo de Serono, empresa en la que trabajaba el joven Donini. De acuerdo con Lunenfeld el Papa Pío, ha decidió ayudarles y pedir a las monjas de la casa de ancianos que recogieran la orina todos los días por una buena causa.
El Vaticano comenzó a recoger orina de monja en un camión cisterna, y 10 hermanas proporcionaron suficiente orina para un tratamiento cada 10 días.
Si bien la orina de cualquier mujer posmenopáusica funcionaría, las monjas le proporcionaron a Serono una ventaja adicional: dado que las hormonas de las mujeres embarazadas contaminarían el lote, era fundamental que no hubiera ninguna posibilidad de que alguna de las mujeres estuviera embarazada. Trabajar con monjas mejoró las probabilidades.
En 1954, utilizando el Instituto de Obras de Religión, el Vaticano consiguió la mayoría de las acciones de la empresa Serono. La empresa farmacéutica propiedad de la familia Bertarelli se dedicó durante años a manejar la operación de una flota de camiones cisterna que recorrían los conventos italianos, recogiendo la orina de las monjas menopáusicas. Todo esto –por supuesto– con la bendición papal. Este monopolio les sería arrebatado catorce años después, cuando la familia Bertarelli volvió a tomar nuevamente de las riendas de la empresa, adquiriendo el control de la farmacéutica.
En 1962, nació en Tel Aviv el primer bebé, una niña, concebida gracias a los tratamientos de Lunenfeld, Donini y la orina de las monjas, y para 1980, Serono necesitó 30.000 litros de orina diaria (es decir, a unas 15.000 hermanas) para poder cumplir la demanda de Pergonal.
El Pergonal se conoce en el mercado como Menopur, Pergonal y Repronex y solo se comercializa con prescripción médica. Afortunadamente, la compañía logró sintetizar la hormona en 1990, por lo que ya no requirió de los “servicios úricos” que las monjas menopáusicas donaron devotamente a la ciencia.
Fabio Bertarelli se convertirtió en el mayor accionista de la compañía Serono principios de los años setenta.
Por la misma época, la empresa comenzó sus primeras actividades en Suiza. En 1977, la familia Bertarelli se mudó a Ginebra junto con la sede de Serono.
La decisión de abandonar Italia se debió a que Fabio Bertarelli estaba preocupado de que los militantes de las Brigadas Rojas de la izquierda pudieran secuestrar o dañar a su familia. En los primeros diez años de la existencia del grupo, que fue fundado en 1970, se le acreditaron 14,000 actos de violencia.
El joven Ernesto Bertarelli, hijo de Fabio descubrió su pasión por la navegación a orillas del lago Lemán.
En 1996 fue obligado por la mala salud de su padre a hacerse cargo de las riendas de la empresa a los 31 años. Optó por concentrarse en la biotecnología, y poco después la facturación y el personal se triplicaron.
También se benefició del boom bursátil de las nuevas tecnologías. En 2001 se había convertido en el hombre más rico de Suiza, superando a los propietarios de los gigantes farmacéuticos Novartis y Roche.
Serono sufrió una competencia feroz. La patente de su producto de mayor venta, Rebif, la mitad de la facturación de la empresa, estaba a punto de agotarse y no hubo un sucesor para ella.
Para Bertarelli, este era el momento de salir. Vendió la compañía al grupo farmacéutico alemán Merck por 16 millones de francos suizos (13.100 millones de dólares)
En 2001 Bertarelli lanzó su campaña para ganar la America’s Cup. Su equipo Alinghi, que está registrado en la Sociedad Náutica de Ginebra, se llevó el trofeo de los defensores del Equipo de Nueva Zelanda en 2003 en Auckland.
El 26 de noviembre de 2003 se elegían las aguas de Valencia como sede de la America´s Cup.
La Copa América 2007 fue la edición número 32 de la Copa América. El vencedor de la misma fue el yate Alinghi.
La regata volvió a Europa después de 156 años, lo cual ha fue un acontecimiento histórico que generó una gran expectación.
El nombre Alinghi fue supuestamente creado por Ernesto y una de sus hermanas cuando eran niños.
Quien le iba a decir a Sor Maria Giovanna y sus 9 compañeras del convento que su orina pondría a la Marina Real Juan Carlos I en el mapa mundial del turismo náutico.
La celebración de la 32ª America’s Cup (2007) fue el impulso para transformar la zona norte con la construcción de un pantalán para megayates y un conjunto de edificios para acoger participantes
Serendípias, mi aprendizaje mañanero 